La Crisis de Cris es una Apuesta al Cambio

Acostumbrada a los éxitos, arriesgó con Despertar de primavera y la está peleando. Las crisis se devoran a los mediocres, pero para los talentosos suele ser una arriesgada oportunidad para crecer.

¿En qué bando revista Cris Morena? La pregunta es crucial porque de su respuesta dependerá si el destino la colocará frente a nuevas oportunidades en su carrera o, por el contrario, si le habrá llegado la hora de comenzar a transitar su ocaso creativo y como potente empresaria de espectáculos masivos...

En cualquier caso, el cuadro de situación que se le presenta en estos momentos es digno de atención. Pero antes rebobinemos un poco: dice su biografía oficial que María Cristina De Giacomi "comenzó su carrera artística a los 15 años".

Su cara empezó a ser conocida cuando participaba en Voltops , uno de los tantos ciclos bailables de la TV de los 70. Allí conoció a quien, con los años, sería otro portento de la industria televisiva: Gustavo Yankelevich (nieto del fundador de la TV argentina).

En paralelo al amor nacería entre los dos una sociedad creativa y comercial indestructible que perdura hasta el día de hoy y que trasciende, incluso, los siempre más frágiles estados civiles (están separados, pero comparten afectos: dos hijos, tres nietos y un cuarto en camino).

Su momento de mayor repercusión televisiva fue Jugate conmigo . Pero en 1995 tomó su primera decisión sorprendente: decide replegarse a la producción y no actuar más. Pasaron quince años desde entonces y ha cumplido. Su nombre fue a partir de ese momento sinónimo de los mayores éxitos infanto-juveniles de la historia televisiva de este país ( Chiquititas , Floricienta , Rebelde way y Casi ángeles , entre otros), algunos de ellos enormes sucesos teatrales de robustas taquillas, eso sin contar sus más de quinientos temas musicales registrados, muchos de ellos hits de la industria discográfica más comercial.

Segundo salto mortal: mujer de tomar riesgos, De Giacomi resuelve convertirse en empresaria independiente cuando la Argentina se caía a pedazos: en 2002 funda su propia productora, Cris Morena Group. Y otra vez acierta: "Sus series se ven en más de 40 países de Latinoamérica, Europa y Asia -continúa su biografía autorizada-, y sus shows musicales se presentaron en las principales ciudades de México, España, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Perú, Panamá, República Dominicana, El Salvador e Israel".

Ahora la novedad es que Cris Morena decidió dar un tercer salto mortal. Pero esta vez triple. Véase si no: teniendo la vaca atada con su claro e indiscutido dominio del espectáculo masivo para adolescentes (el lunes último comenzó por Telefé la cuarta temporada de Casi ángeles ) Cris Morena elige desmarcarse nuevamente al jugarse a traer a la Argentina una comedia musical tan poco convencional como Despertar de primavera ( Spring Awakening ), versión melódica de Duncan Sheik y Steven Sater, basada en la obra que Frank Wedekind escribió en 1891.

Oscura y áspera (incluye entre sus temas la iniciación sexual, la masturbación, el amor gay, el embarazo adolescente, el aborto y los efectos letales de una educación demasiado represiva), la versión local, que se representa desde hace un mes, en el teatro Astral logra una puesta muy sugerente con la participación de un elenco más que afiatado (salido de un casting donde se candidatearon unos 6000 jóvenes), comenzando por sus protagonistas, Florencia Otero, Fernando Dente y, especialmente, Federico Salles, que debieron afrontar ensayos de varios meses. La crítica de LA NACION, que firmó Pablo Gorlero, tuvo cuatro estrellas (ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1245592).

La gran incógnita era saber qué tipo de repercusión podía lograr esta obra en Buenos Aires, que había subyugado tanto a Cris Morena como para ver sendas versiones en Nueva York y Londres y comprar los derechos para representarla acá. Los antecedentes en esa materia no eran como para hacerse demasiadas ilusiones: a Spring Awakening le costó abrirse paso del off Broadway, tras su estreno en 2006, a las principales marquesinas del barrio teatral más famoso del mundo. Pero ni los ocho merecidos Tony (el Oscar teatral) fueron suficientes para mantenerla en cartel cuando el año pasado Broadway ajustó sus clavijas en medio de la crisis global y la dio de baja.

Mientras para Cris Morena ya es una costumbre de años agotar con suma facilidad las 3300 localidades de centenares de Gran Rex con sus masivos y edulcorados productos protagonizados por chicos carilindos y canciones pegadizas, ahora le está costando bastante cubrir las 1260 butacas del teatro Astral. A pesar de las buenas críticas, el espectador no advertido que llega creyendo que va a ver un espectáculo más light, se encuentra con una propuesta completamente distinta que hasta puede, en un primer momento, despertar cierta perplejidad. ¿El público le permitirá a Cris Morena hacer otra cosa?

Un cartelito en boletería ("Inconveniente para menores de 14 años") hace bien en advertir honestamente las que para muchos podrían resultar escenas chocantes.

Con todo, el boca a boca no ha sido negativo pero sí lento, y la reacción sigue ese mismo ritmo, aunque en ascenso (de un 20 a un 25 por ciento más de público semana a semana). La idea también es producir la obra en México y en España.

Es una incógnita saber cómo finalmente impactará en empresarios tan acostumbrados al éxito un revés o un resultado magro en boletería. Detrás de Despertar de primavera , además de Cris Morena Group, está RGB, la productora de Gustavo Yankelevich, quien conoció la obra aquí por la versión que hizo su socia.

¿Podría desanimarlos a seguir incursionando, en paralelo a sus éxitos consagrados, en la búsqueda de obras menos convencionales por el mero gusto de darle mayor riqueza a la cartelera teatral porteña?

Ojalá que no y que el ejemplo cunda. No son pocos los empresarios de espectáculos que ganan fortunas cuando la pegan con algún suceso que agota las localidades. Sin embargo, no es para nada usual que esos mismos ejecutivos de vez en cuando se aparten de lo seguro para arriesgar por otros caminos.

Es, en ese sentido, donde el aporte de Cris Morena resulta valioso y más lo será si tras Despertar de primavera persiste en esa línea de presentar espectáculos alternativos con la misma vehemencia y claridad con la que logra impactar en la masividad con los conocidos de siempre.