Sólo se sabe que existe un acuerdo de confidencialidad que no les permite decir “ni una sola palabra”. Sólo se sabe que no se sabe nada, o que se sabe muy poco. Y en medio de una TV en donde todo se conoce de antemano, Cuando me sonreís es una isla. La ficción se comenzó a tejer hace ya varios meses, cuando se dio a conocer que Tomás Yankelevich tenía un proyecto, que iba a ser guionado por Marta Betoldi y actuado por Facundo Arana. Sólo eso y nada más se supo en el curso de mucho tiempo, hasta que a poco del estreno empezaron a aparecer algunas piezas para poder armar el rompecabezas de la comedia que estará debutando en breve en la pantalla de Telefe. Continua...
En medio de una “jungla”, en donde la mayor parte de los productores eligen brindar información acerca de la historia que van a contar, de los personajes que van a “dibujar” y del elenco que van a tener en sus manos, antes y después de empezar a grabar, las cabezas de esta ficción optaron y optan por seguir el camino contrario.
En vez de hacerlo saber todo, eligieron callar, y lo siguen haciendo hasta hoy, cuando falta un mes o algo así para presentarse en el aire. Sólo se sabe que Arana será Gastón, un “yuppie”, que Julieta Díaz será Luna, una cheff, y algunos de los parentescos que unirán a los integrantes del staff, entre los que además figuran Mario Pasik, Julia Calvo, Fabio Aste, Mercedes Funes, Benjamín Rojas y Lali Espósito.
Poco en comparación con lo que se sabía de Los únicos, El elegido, Herederos de una venganza, Un año para recodar, El puntero y hasta de El hombre de tu vida, que también está por estrenarse. De hecho, el último fin de semana, durante el entretiempo de Argentina/Bolivia, Telefe puso en pantalla un adelanto de la tira que, como todo buen primer avance, dejó más preguntas que respuestas.
Para más, durante un tiempo muy largo se creyó que la ficción se iría a llamar El eterno y la producción lo dejó pasar, aún cuando el título era otro – Cuando me sonreís- y recién se dio a conocer a días de haber comenzado las grabaciones. El objetivo es que se sepa lo menos posible y que la incógnita se devele en el aire. La estrategia es mantener el suspenso y diferenciarse de los que cuentan todo antes de tiempo.