Victorio "Estoy solo, pero mi corazón está contento"

Tiene 26 recién cumplidos y es uno de los galancitos de la tira de Cris Morena. Dice que no tiene novia y que por ahora disfruta de las salidas con amigos.

Sus hobbies son los deportes extremos, aunque también dedica tiempo libre a la meditación. ¿Quérés saber qué es lo primero que le atrae de una chica? ¡No dejes de leer este reportaje! “¡Caño! ¡Sos hermoso!”.

Los gritos, desaforados, provienen de un grupo de chicas que no pueden creer tener “en vivo y en directo” a Victorio D’Alessandro, uno de los jóvenes actores que más pasiones despierta en Casi ángeles. Tras sacarse fotos y firmar autógrafos a las adolescentes, Vico -tal como lo apodan sus conocidos- se predispone a charlar con Pronto sobre el gran momento que está atravesando su carrera.

Por tercer año consecutivo, el chico se mete en la piel de Luca, y se muestra contento porque, dice, “el público sigue siempre fiel a nuestro lado”. Victorio cumplió 26 años la semana pasada, vive con su familia en el microcentro porteño, y se define como “un amante de los deportes”.

En la adolescencia tuvo que elegir entre ser futbolista –jugaba en las inferiores de Excursionistas o actor, y no dudó en dedicarse de lleno al arte. Como si fuera poco, en 2009 se recibió de abogado, pero todavía no tuvo oportunidad de ejercer.

“Tampoco sé si lo haría en el futuro. Mi paso por la Universidad lo tomé más como una formación personal que como otra cosa. Saber de historia, leyes y derecho te abre mucho la cabeza, y te permite desprenderte de la atmósfera teatral, donde todo es fantasía”, explica.

-Es tu tercer año en Casi ángeles. ¿En qué cambiaste?
-Gané mucha confianza en mí mismo, tomé un gran entrenamiento frente a las cámaras y ahora puedo animarme a crear más a la hora de armar las escenas. Eso es producto de que hay un grupo que confía en mí, y de que trato de estar lo más seguro posible conmigo mismo.

-¿Qué hacés en tu tiempo libre?
-Voy al teatro, me junto en casa con amigos. Estoy aprendiendo a tocar la guitarra, y practico con mi hermano, Gonzalo, que hace música.

-¿Deportes?

-Amo hacer surf. Me encantaría practicarlo en Hawaii o Indonesia, que son los lugares por excelencia. Me encantan los deportes extremos.

-¿Por ejemplo?
-El año pasado me tiré en paracaídas con Gastón Dalmau, y ahora quiero repetir la experiencia. Ojo, también juego al fútbol, voy al gimnasio dos veces por semana a Clases grupales de yoga. Nadie me conoce allí: mis compañeros son toda gente grande, que no mira el programa.

-¿Qué te aporta el yoga?
-Tranquilidad. Me sirve para desconectarme, me relajo, elongo.

-Sos hincha de River, ¿cómo vivís el mal momento del club?
-No soy hincha, ¡soy fanático de River! Hace mucho que no voy a la cancha, pero sigo apoyando al club, y ahora más que nunca. Ya vamos a salir de este mal trance, siempre se sale del bajón. Soy de los que sufre cuando mira un partido, ¡paso por todos los estados e ánimo! Salvo mi mamá, toda mi familia es gallina.

-¿Estás de novio?
-Estoy solo, pero mi corazón está contento. A esta edad, no se puede estar solo solo. Siempre conocés gente nueva, y encontrás personas que te quieren mucho. Pero si la pregunta iba a si estoy en pareja, la respuesta es no.

-Las chicas se te regalan, Vico.
-Estuve de novio varios años y es muy lindo, pero hoy no es el momento. Son etapas que se volverán a repetir seguramente más adelante; ya se dará.

-¿Lo primero que te atrae de una chica?
-Los ojos, la mirada y la boca. Y cómo se ríe es muy importante también.

-¿Te sentís un galán?
-¿Yo? ¡Nooo! Igual, si me encasillaran tampoco me molestaría. Aunque me parece que me falta mucho para ser galán. Tendría que tomar como referentes a los verdaderos, que son Echarri y Arana.

-¿Te gustaría llegar a ser como ellos?

-Prefiero seguir actuando, aprendiendo y lograr versatilidad como actor. Quiero probar diferentes colores, y no ser sólo el chico lindo de la tele.

-¿Cómo te imaginás a futuro?

-En la actuación, que es lo que me gusta, y perfeccionándome con clases de canto, guitarra y teatro. Sueño con hacer cine, ¡sería lo máximo! Aprendí a no ser ansioso y no mirar tanto a futuro: hay que disfrutar el presente, y yo estoy muy cómodo trabajando con Cris.