Profesor: ¿Estas orgullosa de tu nueva era que da sus primeros pasos? Ahora vas a ver dónde acaba ese camino.
Correr hacia ninguna parte te lleva a ninguna parte, pero tu tren nos está llevando a algo peor que a ninguna parte. Un río busca siempre el mar por más diques que le pongas. Esa arena entre las manos no hay manera de detenerla.
No estamos hechos para vivir entre muros. Nos convertimos en canarios que ya no resisten la vida silvestre. Tu mundo feliz no va hacia un mundo feliz. ¿Sabés que ocurre cuando uno quiere desviar el río de la vida, cuando uno pone diques absurdos para detenerlo?
El río desborda, destruye todo. Esa es la furia y potencia de un río al que no lo dejan ser. El río busca y busca su mar. Solo pide que lo dejen ser. Solo pide que no lo desvíen de su camino y lo lleven a ninguna parte.