"No hay tiempo", decía siempre Cielo Emilia y no entendíamos a que se refería hasta el día en que viajamos al futuro. Mis amigos y yo hicimos el viaje más extraño de nuestras vidas. Viajar es ir a un lugar donde nadie te conoce, pero viajar a otro tiempo es llegar a un mundo donde no existís. Uno no existe si no tiene a sus afectos cerca, esa mirada familiar que te dice "Estas en casa". Pero ahí estábamos mis amigos y yo, en el futuro.
En casa, pero lejos de casa, tratando de entender que nuestro presente era el pasado, y el futuro nuestro presente. La vida es un cuento y en ese cuento el tiempo es un personaje central. No importa si es pasado, presente o futuro, si hay mucho o poco tiempo, solo importa el tiempo que tenemos y lo que haremos con él. Pero además del desconcierto, en el futuro nos esperaba algo más.
Nuestro extraño viaje al futuro no fue una excursión, más bien fue una aventura donde nos esperaba una peligrosa misión. Viajamos a un tiempo difícil, un tiempo de cambios, un tiempo peligroso. Pasado, presente y futuro no son más que puntos de un camino que se recorre ida y vuelta. A veces un amor del pasado se hace presente y nos lleva a un nuevo futuro. Para las cosas importantes como el amor no hay pasado, presente ni futuro. Simplemente no hay tiempo.